Realmente depende de dónde se produce el accidente cerebrovascular en el cerebro. Puede haber algunas manifestaciones de un accidente cerebrovascular que parecen fallas de memoria pero no lo son. Por ejemplo, los accidentes cerebrovasculares que afectan el área de Broca pueden dar como resultado una afasia expresiva, es decir, una incapacidad de acceder a las palabras para poder comunicarse. Por lo general, las palabras más difíciles de acceder son sustantivos. Si una persona con afasia te pide que te los dé … (digamos la cosa redonda y roja que puedes comer), eso no significa que la persona haya olvidado la palabra ‘manzana’. Significa que la persona tiene dificultades para acceder a la palabra ‘manzana’. Del mismo modo, una persona puede manifestar algo conocido como “negligencia en el lado izquierdo” secundario a un accidente cerebrovascular que afecta el lado derecho de su cerebro. Si le pides a esa persona que dibuje un reloj, él o ella pueden poner todos los números en un solo lado de la esfera del reloj. La persona no se ha ‘olvidado’ de lo que se ve un reloj, tanto como no puede imaginarse el reloj en sus cabezas. Un hombre solo puede afeitarse la mitad de la cara. Si le preguntas cuántos lados de una cara hay, él puede decirte que hay un lado izquierdo y un lado derecho, pero que aún no se puede percibir o replicar en el papel cuando se le pida que lo dibuje y aún así se afeitará solo la parte de su propia cara.
Debido a que diferentes personas tienen diferentes accidentes cerebrovasculares, es importante que la persona sea evaluada por un neuropsicólogo para identificar fortalezas y debilidades tanto para la familia como para el paciente. Recuerdo que una esposa estaba enojada con su marido porque ‘él juega estúpido’. Ella se refería al hecho de que cuando cortaba el césped, solo hacía la mitad. Nadie se había educado en relación con el fenómeno del abandono, por lo que percibió que su marido intentaba dejar el trabajo.
Para resumir, asegúrate de que una persona que sufre un ataque cerebral sea evaluada en busca de cambios cognitivos utilizando los servicios de un neuropsicólogo. Si no tiene acceso a un neuropsicólogo, puede solicitar que un terapeuta del habla realice una evaluación.
