Un embarazo normal tiene un período de gestación de 38 a 42 semanas. Si el obstetra se siente forzado a inducir el parto a las 34 semanas, esto significa que el bebé tendrá 2 semanas prematuras. Algunas de las razones por las cuales una mujer embarazada puede tener que ser inducida a las 36 semanas es porque su presión arterial está aumentando, sus riñones pierden proteínas o puede desarrollar problemas cardíacos.
La mayoría de los bebés prematuros que nacen después de las 28 semanas sobreviven con atención especializada en una sala de recién nacidos prematuros, pero existen varios riesgos y posibles complicaciones.
La prematuridad tiene el riesgo de retinopatía prematura (por lo general, menos de 36 semanas), hipoglucemia, infecciones debido a un sistema inmune inmaduro, etc.
De esto se deduce que la prevención del trabajo de parto prematuro es un método altamente efectivo para prevenir una gran cantidad de mortalidad fetal y de bebés a temprana edad.
Responda a su pregunta: Sí, es relativamente seguro inducir a las 36 semanas, pero un pediatra o neonatólogo debe examinar al bebé inmediatamente después del nacimiento para verificar la prematuridad. Esto ayudará en el manejo del bebé. A veces las fechas están desactivadas y el bebé es normal (no prematuro).