Realmente no hay signos de la enfermedad del gusano de Guinea (GWD) hasta que la persona comienza a ser sintomática. Una persona infectada por GWD puede estar libre de síntomas por hasta un año mientras las larvas se gestan. Unos días antes de que aparezcan los gusanos, la persona puede desarrollar fiebre y enrojecimiento e hinchazón en el área donde los gusanos comienzan a aparecer.
Cuando los gusanos estén listos para emerger, se desarrollará una ampolla. Estas ampollas se pueden crear en cualquier lugar, pero generalmente se encuentran en las piernas y los pies. Las ampollas causan una sensación de ardor muy dolorosa, que la inmersión en agua generalmente ayuda a aliviar. Las ampollas estallarán dentro de las 24 a 72 horas.
La inmersión también hace que el gusano aparezca en la herida y libere una sustancia blanca lechosa en el agua, que contiene millones de larvas, contamina el agua y repite el ciclo.
La enfermedad del gusano de Guinea afecta a comunidades rurales pobres que no tienen acceso a agua potable. Se ha categorizado como una “enfermedad tropical desatendida”, una de las primeras que se debe erradicar. En 1986, hubo 3.5 millones de casos de GWD; en 2014, hubo 126.