El sistema de cuidado de la salud está pagado por impuestos. Conseguir que su médico recete antidepresivos se considera fácil, según los departamentos nacionales de salud. Se percibió como un tratamiento con pocos efectos secundarios. Esta es una actitud que ha cambiado en los últimos años, y la recomendación es reducir el número de ciudadanos drogodependientes. El problema es que la medicación es una solución “fácil”, pero los psicólogos han expresado la opinión de que la medicación no reemplaza la terapia.
El medicamento se usa para muchos diagnósticos como el miedo a las personas, hipocondría, agorafobia, TOC, prevenir la recurrencia de una depresión diagnosticada, bulimia, síndrome premenstrual, problemas de concentración, cambios de humor, eyaculación precoz.
A menudo se ha afirmado que Dinamarca no es un país feliz debido a este uso de drogas. El hecho es que el país obtuvo puntajes altos en casi todas las encuestas de felicidad realizadas desde que se volvieron populares a principios de los años setenta. En ese momento, la tasa de suicidios era 3-4 veces más alta que hoy. Esa tasa comenzó a disminuir mucho antes de que los antidepresivos se presentaran al público en la década de 1990. Los antidepresivos no dan una sensación de euforia. De hecho, administrarlos a jóvenes suicidas o deprimidos puede aumentar estas tendencias. Algo sorprendente está sucediendo con el uso de antidepresivos en todo el mundo
La historia médica está llena de malas historias. Eli Lilly tenía la intención de que su medicamento en 1971 se usara contra el aumento de la presión sanguínea. Más tarde querían usarlo para reducir la obesidad. Tal vez algún día veamos los antidepresivos como un fracaso también.
