El principal “PRO” es que es un “medicamento de venta libre” y es más barato (sin gastos generales de un farmacéutico) que un artículo de prescripción equivalente.
La principal “CON” es que es un “medicamento sin receta” que permite el autodiagnóstico y la automedicación.
Una mujer embarazada nunca debe automedicarse. Un proveedor (MD o CNM) siempre debe participar en el proceso de decisión.