La brecha entre embarazos se llama IPI (Intervalo de embarazo). Quedar embarazada hasta los 18 meses después de dar a luz se considera un IPI corto.
Los embarazos frecuentes o los IPI muy cortos no se consideran buenos para la madre y el bebé. La madre debe recuperar su capacidad para suministrar todos los nutrientes necesarios para alimentar al bebé en el útero, y esta capacidad se agita poco después de un parto.
Un IPI corto corre el riesgo de un nacimiento prematuro, principalmente porque las madres recientes tienden a estar ligeramente en el lado anémico y necesitan tiempo para reconstruir su sangre.