El acné no se conoce ni se ha demostrado que sea genético. Se basa principalmente en su dieta, higiene personal y manejo del estrés. Cuando llega la pubertad, es casi inevitable ser golpeado por una pequeña ola de granos.
El azúcar es la causa principal en la estimulación de las hormonas que provocan el estallido de la cara, pero la deficiencia de ciertos nutrientes como el hierro puede hacer que aumenten los niveles de insulina (azúcar en la sangre). Comer muchas verduras puede ayudar a prevenir el acné.
Tomar duchas que son demasiado calientes y humeantes puede hacer que sudes más de lo que realmente estás hidratando tus poros. Esto se secará y engrasará sus poros, causando que se rompa en más áreas que solo su cara. Dormir más y reducir los niveles de estrés mediante el aumento de actividades como el ejercicio también dificultará la formación de las hormonas que causan las espinillas.
Si bien no hay forma de evitarlo por completo en la pubertad, el acné puede combatirse mediante la fijación de hábitos de hidratación e higiene, y haciendo un esfuerzo consciente para limpiar su piel diariamente con medicamentos exfoliantes y curativos.