Algunos de nosotros descubrimos que nuestro TDAH empeoró de muchas maneras a medida que crecíamos. Con la madurez, podemos controlar parte de nuestra hiperactividad, por ejemplo, pero nuestra impulsividad aún se hace cargo y nos pone en un problema aún peor porque se supone que debemos ser lo suficientemente mayores como para saber más.
Además, cuando somos más jóvenes, estamos en un entorno mucho más estructurado con muchos adultos que nos supervisan, recordándonos y manteniéndonos en el buen camino. A medida que salimos al mundo, de repente se supone que debemos hacer todo eso por nosotros mismos, y ese no es nuestro punto fuerte.
El ejercicio es bueno. Sigue haciendolo. Sin embargo, tu cerebro funciona inherentemente de manera diferente. Si está afectando su calidad de vida y parece que no puede moderar su comportamiento lo suficiente como para enfrentarlo adecuadamente, entonces necesita ver a un profesional. Un psicólogo que se especializa en TDAH podría ser un buen primer paso, no farmacéutico, pero es posible que tenga que estar abierto a la idea de reanudar los medicamentos. (Los que usa para tratarse a sí mismo realmente no van a ayudar, ¡pero probablemente ya lo sepa!)