Cuando se sufre de paraplejia, aún son posibles algunos reflejos debajo del lugar de la lesión, pero los movimientos conscientes no lo son. ¿Por qué esto es tan?

“Consciente”, es decir, el movimiento voluntario se origina en la corteza motora y las estructuras cerebrales asociadas, por ejemplo, la corteza motora suplementaria. La interrupción del tracto corticoespinal dentro de la médula espinal evitará el movimiento voluntario por debajo del nivel de la lesión. El dolor, el tacto y la vía sensorial de la posición son más complejos, y una lesión incompleta de la médula espinal puede dejar algunos de estos intactos, incluso cuando el movimiento voluntario no sea posible. Pero la médula espinal no es solo un haz pasivo de cables. Tiene su propia anatomía compleja y materia gris interna donde se produce una interación sensitivomotora funcional, y donde también se originan partes importantes del sistema nervioso autónomo. Parte de la función sensoriomotora incluye los arcos reflejos que rigen el reflejo de retirada – Wikipedia y el reflejo de estiramiento – Wikipedia. Si bien estas funciones son moduladas por el cerebro cuando la médula espinal está intacta, permiten una respuesta más rápida a problemas básicos como la evitación de lesiones y el mantenimiento de la postura, y estas respuestas se observan en una forma exagerada como “triple flexión” de la parte inferior extremidades en respuesta al dolor y la hipertonicidad generalizada.