Tratamos de evitar este problema prescribiendo medicamentos que se pueden tomar una o dos veces al día, para este fin, la industria farmacéutica ha desarrollado una formulación de liberación lenta.
Incluso tenemos inyectables que pueden dosificarse una vez a la semana.
Dosificamos el medicamento durante un período de ± 24 horas, con pequeños ajustes, de modo que si es inevitable, tomemos varias dosis de forma tal que la primera dosis se tome al despertar, y la última antes de ir a dormir, todas las demás intercaladas en el medio, con el excepción de algunos medicamentos contra el VIH que deben tomarse a tiempo, para que los pacientes tengan algún tipo de alarma sobre ellos.