La D-glucosa es un monosacárido (aldo-hexosa), sólido cristalino, soluble en agua y dulce en el gusto. D-glucosa existe como sus anómeros alfa y beta. Debido a la presencia de un grupo carbonilo libre (-CHO), es de naturaleza reductora y reduce los reactivos de Fehling y Benedict a óxido cuproso (Cu2O), un precipitado de color amarillo a rojo ladrillo. En esta reacción, los iones cúpricos (Cu ++) de los reactivos de Fehling y Benedict se reducen a iones cuproso (Cu +) y el grupo aldehído (-CHO) de D-glucosa se oxida a grupo carboxílico (-COOH). La D-glucosa también se conoce como “dextrosa” ya que es dextrógira.
La D-glucosa es la principal fuente de energía, especialmente para las células del cerebro, los eritrocitos, el feto en crecimiento, el cristalino y la córnea de los ojos, y se almacena como glucógeno en el hígado y los músculos. La D-glucosa se puede sintetizar en el cuerpo humano a partir de los carbohidratos a través de la gluconeogénesis.
D-glucosa es el principal azúcar presente en la sangre humana; su concentración normal es de 70-110 mg / dl en ayunas (estado posterior a la absorción) y hasta 140 mg / dl en condiciones posprandiales. Se observa un aumento en el nivel de glucosa en sangre (hiperglucemia) con o sin glucosuria en pacientes con diabetes mellitus.