Voy a ser un placer aquí y hacer algunas observaciones para sugerir que este trabajo, que es muy bueno, es, en el mejor de los casos, una mejora adicional a nuestra capacidad para tratar infecciones bacterianas.
- La vancomicina (y sus análogos) son efectivos solo contra bacterias Gram-positivas. Estos incluyen Staphylococcus aureus (incluido MRSA), varios Streptococci y Enterococci. Pero ya tenemos drogas como el ceftobiprol que son bastante efectivas contra estos insectos. La necesidad real es de antibióticos que tratan organismos Gram-negativos resistentes como E. coli, Klebsiella, Pseudomonas y Acinetobacter.
- La vancomicina no está disponible por vía oral y tampoco la versión mejorada. Solo se puede administrar IV, lo que restringe su utilidad.
- La vancomicina tiene propiedades de perfusión tisular deficientes. No es efectivo en el tratamiento de infecciones de pulmón y piel. La nueva versión, que es aún más grande y más compleja, es probable que tenga una perfusión tisular aún peor.
- La vancomicina puede causar toxicidad renal significativa. La toxicología y los efectos secundarios de las nuevas versiones son desconocidos. Por otro lado, dado que las nuevas versiones son más potentes, se puede usar menos cantidad de medicamento, lo que reduce el riesgo de efectos secundarios.
En resumen, como la mayoría de los “avances” que se informan, los resultados más probables para este trabajo son que no supera las pruebas clínicas, o que tiene éxito en la clínica pero tiene una utilidad limitada. Eso no es un golpe para los científicos que hicieron este trabajo, esa es la naturaleza del desarrollo de fármacos. Todos queremos la salvación en una píldora, pero la redención (médica o de otro tipo) es siempre un trabajo difícil e incierto.