Antes de que uno pueda obtener una licencia o trabajar como farmacéutico en los Estados Unidos, uno tiene que ingresar a una universidad que ofrezca el título de Doctora en Farmacia. Para poder ingresar, la mayoría de las universidades requieren un prerrequisito de pregrado equivalente a un título de 4 años. No es obligatorio, pero la mayoría de los estudiantes en este momento tienen una licenciatura o algo equivalente.
Una vez que uno ingresa en el programa, uno tiene que aprender acerca de los diferentes estados de enfermedad, los diferentes tratamientos para cada uno, los diferentes objetivos farmacológicos, sus mecanismos de acción, cómo se debe administrar, cuándo se debe administrar, etc. Hay un gran énfasis en el aprendizaje de estos medicamentos dentro y fuera, particularmente su uso en poblaciones vulnerables como niños, mujeres embarazadas, pacientes inmunocomprometidos o pacientes con insuficiencia renal.
Este tipo de entrenamiento lo convierte a uno en un “experto” en conocimiento de drogas. Este conocimiento es lo que los farmacéuticos contribuyen a la atención multidisciplinaria que se supone que un paciente debe recibir cuando recibe un tratamiento médico en un hospital, clínica ambulatoria o en cualquier entorno en el que participen los medicamentos.
Esta capacitación (además de aprobar el examen NAPLEX y el examen de derecho estatal) es también lo que le da a uno el derecho de agregar esas pocas letras delante y detrás de sus nombres. Dr. **** *********, Pharm.D.
Entonces, si me preguntas mi opinión sobre lo que pienso cuando un farmacéutico se comporta como un médico, bueno, creo que está haciendo su trabajo porque es uno.