El frío previene el crecimiento bacteriano (de ahí la comida en los refrigeradores), así que entiendo tu forma de pensar, pero los virus son una criatura completamente diferente.
El calor mata los virus, el frío no. Los investigadores han podido estudiar la pandemia de gripe mundial de 1918 al desenterrar cuerpos congelados de cementerios en el norte de Rusia. La radiación ultravioleta, que está presente en la luz solar directa, mata los virus, pero es imposible llevar la luz a todas las capas y espacios de la manta donde podrían ocultarse los virus. En la década de 1800, nadie sabía la diferencia entre las bacterias y los virus (nadie sabía con certeza que pequeñas criaturas causaron enfermedades hasta la teoría de los gérmenes en 1860) y tu personaje no podía saber ni la luz ultravioleta ni la ebullición. PERO, si hirviera sus cobijas para deshacerse de los piojos (que todo el mundo tenía en ese momento) también mataría el virus, y un tipo inteligente podría establecer la conexión (y luego los médicos seguirían riéndose de él, muchos de los cuales todavía estaban hablando sobre humores y miasmas).
En Europa, el método científico se aplicaba a la medicina, pero en la mayoría de los Estados Unidos no había exámenes en las facultades de medicina, y en algunos estados el único requisito para obtener una licencia médica era que uno fuera miembro del clero. La facultad de medicina de la Universidad Johns Hopkins fue fundada explícitamente para llevar la medicina estadounidense al día. La única investigación médica real estaba siendo realizada por (irónicamente) el ejército, a menudo en puestos fronterizos primitivos.
