Para poder “intentar” cualquier cosa, la naturaleza debería tener inteligencia y voluntad, por lo que mi primera respuesta sería que tenemos que descubrir cómo comunicarnos con ella. Quizás podamos descubrir qué está haciendo y posiblemente negociar con ello. ¿Nuestro fracking te está molestando? Tal vez podamos reducir si lo enfrias con los huracanes.
La realidad, sin embargo, es que la naturaleza es un proceso tonto. No intenta nada. Cada organismo tiene un impulso para reproducirse, o se apaga. Ese impulso para reproducirse significa que sigue haciéndolo, y otros organismos reaccionan de la forma en que reaccionan. Otros organismos pueden intentar comerte, y puedes desarrollar defensas, reproducirse lo suficientemente rápido como para perpetuar tu especie o morir. O pueden parasitarte (lo cual es relativamente más seguro) o desarrollar una relación simbiótica. O huir de ti. O establece sus propias defensas para mantenerte fuera de su territorio. Diferentes organismos prueban cosas diferentes, y aquellos que tienen éxito sobreviven, y aquellos que no lo son, no sobreviven.
La enfermedad es el resultado de bacterias u hongos que viven en su cuerpo, o virus que usan su cuerpo para reproducirse o fallas en su propio cuerpo. Los virus y las bacterias no se preocupan por usted de una manera u otra, no son maliciosos, algunos son inofensivos, algunas bacterias son incluso beneficiosas. Simplemente hacen lo que hacen, y a veces las personas mueren. Las enfermedades no infecciosas son aún menos maliciosas, porque no están vivas, son solo defectos en un sistema físico complejo. Un tumor no tiene más intención de hacerle daño que un agujero en el que se cae, o una roca que cae sobre su cabeza. Está ahí, y a veces te mata.
El hecho es que la vida es delicada y el mundo es un lugar peligroso. Hemos logrado que sea mucho más seguro para los humanos que nunca, pero los peligros aún existen. No es la naturaleza lo que intenta hacer, es solo la naturaleza de la realidad.