La respuesta dependería en cierta medida de si los alumnos estaban siempre algo dilatados, pero variaron algo en tamaño o si las pupilas fueron “arregladas” en un tamaño dado, y no pudieron dilatarse o contraerse en absoluto.
La pupila que estaba dilatada, pero que respondió a la luz, acomodación (intento de enfocarse al lado) o medicamentos (la atropina – se agranda, o la pilocarpina – se vuelve más pequeña), muy probablemente tendría un problema con la entrada neural. O bien hubo un bloqueo de la entrada neural del Tercer nervio craneal (que causa la constricción de la pupila), o por la entrada del sistema nervioso simpático (que hace que la pupila se dilate). La sobreestimulación crónica IMO del sistema simpático (como en la respuesta de “Lucha o huida”) sería mucho menos común que el daño a las fibras del tercer nervio.
Una pupila que está “fija” en la posición dilatada, y nunca cambia de tamaño, incluso con estimulación farmacológica, quedaría cicatrizada en su posición debido a daños en el esfínter y los músculos dilatadores, o debido a fibrosis o sinequias anteriores o posteriores.