Las heridas de flecha son profundas y profundas heridas punzantes. Introducen bacterias profundamente en el facia, músculo o hueso en el que se incrustan. Si la muerte no es inmediata debido a la pérdida de sangre, esto con frecuencia, pero no siempre, puede manejarse razonablemente con antibióticos y técnicas quirúrgicas modernas.
Antes del advenimiento de los antibióticos modernos, las heridas por flecha eran lesiones muy graves que frecuentemente producían la muerte por sepsis (infección) incluso si el tejido, el daño a los órganos y la pérdida de sangre no hubieran sido de otro modo fatales. La recuperación con agentes antisépticos como vino, miel, sulpher, extractos de plantas y otros productos químicos conocidos y perdidos en el tiempo podría llevar una cantidad considerable de tiempo, de semanas a muchos meses. Durante la batalla, Alejandro Magno recibió una flecha en su pecho que puede o no haber perforado su pulmón. Fue salvado por cirujanos experimentados que pudieron quitar la flecha y evitar que la herida se vuelva séptica. Por lo que puedo recordar, su recuperación fue lenta y tomó varios meses.