Hay dos respuestas a esta pregunta: la moderna e histórica.
La respuesta moderna es que ayuda a prevenir errores médicos, a la vez que permite el funcionamiento económico de una práctica médica y una farmacia / boticario. Los médicos simplemente no tienen la capacidad de financiar el espacio que se necesitaría para mantener todos los medicamentos comunes en stock para los pacientes. Además, muchas drogas requieren un almacenamiento especial (sustancias controladas, refrigeración, temperatura, etc.) o áreas de manipulación (campanas laminares, ambiente estéril, botellas selladas con luz) que no es práctico en el consultorio de un médico.
La respuesta histórica es que los doctores no tenían el tiempo. En los viejos tiempos, el doctor le escribía una “prescripción” al químico, como ahora. Sin embargo, cada prescripción fue preparada a mano por el químico / asistente, porque no había fabricantes de medicamentos a gran escala que fabricaran formulaciones farmacéuticas estrictamente controladas y reguladas. En aquel entonces, el médico decía “mezclar algo de esto, un poco de eso, 10 gramos de esto, poner suficiente de eso para que sea un total de 50 gramos, y dividir en 20 tabletas”. El químico traduciría esto en los 20 comprimidos que obtendría el paciente. Los médicos simplemente no tendrían el tiempo para hacer cada receta para sus pacientes, porque no hay manera de que supieran qué es lo que prescriben antes de verlos. Esto dio lugar al concepto de una farmacia separada, y que simplemente ha sobrevivido a los tiempos modernos.