La hepatitis A, la hepatitis B y la hepatitis C son enfermedades causadas por tres virus diferentes. Aunque cada uno puede causar síntomas similares, tienen diferentes modos de transmisión y pueden afectar al hígado de manera diferente. La hepatitis A aparece solo como una infección aguda o nueva y no se vuelve crónica.
El virus de la hepatitis A causa una inflamación aguda del hígado (hepatitis) que casi siempre mejora por sí misma. Puede ser más grave si somos mayores cuando tenemos la enfermedad. Se propaga fácilmente de persona a persona, en comida y agua, y puede infectar a muchas personas a la vez (por ejemplo, si un manipulador de alimentos en un restaurante está infectado, muchos que comieron la comida pueden estar infectados).
El virus de la hepatitis B (VHB) puede ser tanto agudo (enfermedad a corto plazo) como crónico (enfermedad en curso), y se transmite a través de la sangre u otros fluidos corporales de varias maneras. La hepatitis B es muy común en Asia y África, y aquellos que nacieron o vivieron en estas áreas deben ser examinados para detectar hepatitis B.
El virus de la hepatitis C (VHC) casi siempre es crónico y se propaga solo por la sangre. La hepatitis A y B pueden prevenirse mediante la vacunación, pero no la hepatitis C. En la actualidad, existen muchos medicamentos disponibles para tratar la hepatitis B y C.