Mi primer profesor de Biología en la escuela dijo algo muy interesante: “La vida es una serie de reacciones bioquímicas complejas”.
Nosotros, y todos los seres vivos somos esencialmente complejos arreglos de elementos y compuestos químicos, orgánicos e inorgánicos. Para que alguien trate una enfermedad o dolencia de manera efectiva, es esencial tener un conocimiento práctico de los procesos químicos relevantes.
Cuando su médico le pida que se haga pruebas, ya sea sangre, heces, orina, etc., un componente clave de esas pruebas es el informe de la composición química de su sangre o excremento corporal. Por ejemplo, un pH sanguíneo anormal es una señal segura de que algo anda mal.
