Hay varios tipos de ambos.
La eritromicina tópica se usa para controlar el acné al aplicarlo sobre la piel.
La eritromicina oftálmica (aplicada al ojo) se usa para tratar infecciones oculares.
La eritromicina por inyección se usa para infecciones bacterianas en muchas partes diferentes del cuerpo y para tratar la difteria, la enfermedad inflamatoria pélvica aguda, la enfermedad del legionario y para el tratamiento de personas que han tenido reacciones alérgicas a la penicilina y a las sulfonamidas.
Si se aplica a la boca, tiene un efecto similar a la inyección, excepto que también se usa para el tratamiento de la sífilis, la amebiasis (una forma de parásito) y la tos ferina.
La clindamicina, sin embargo, solo se usa para las reacciones alérgicas a la penicilina y el control del acné cuando se aplica a la piel, pero puede usarse para infecciones vaginales, a diferencia de la eritromicina.