Los glucocorticoides (los corticosteroides incluyen glucocorticoides y mineralcorticoides que no son útiles en la enfermedad inflamatoria de la piel) se utilizan para sus dos propiedades:
1 – Antiinflamatorio : bloqueando la síntesis de mediadores químicos de la inflamación (como lo explica Claudia Aguirre): prostaglandinas, tromboxanos, leucotrienos. Esto reduce el enrojecimiento, la hinchazón y la picazón.
2 – Inmunosupresor : bloqueando la síntesis del mediador químico de la proliferación de linfocitos (IL2, TNF-alfa en particular). Creo que esta parte de sus acciones trata parcialmente las causas inmunológicas de la enfermedad, a menudo de origen autoinmune.
Pero esta acción necesita una administración sistémica para ser efectiva.
Debido a la modificación de la expresión del genoma celular, vinculado a su efecto terapéutico, los glucocorticoides tienen efectos secundarios, especialmente con el uso prolongado:
Administración tópica :
Atrofia de la piel, telangectiasia (cara ++), estrías, púrpura ecquimótica, infecciones locales cuando se usa cerca de los pliegues cutáneos, úlceras en las piernas, acné, hipertricosis, despigmentación de la piel (es por eso que algunas personas negras la usan de forma ilegal), …
Efectos sistémicos : especialmente cuando se usa en la cara, regiones con piel delgada, síndrome de Cushing, obesidad central, retraso del crecimiento en niños, osteoporosis, desgaste muscular, insuficiencia adrenocortical con interrupción abrupta, edema y retención de líquidos.
Esos efectos son raros con un uso correcto de los tratamientos locales.