La vacuna previene las verrugas genitales y el cáncer de cuello uterino en las niñas. En los niños, en realidad protege contra el cáncer de pene y en ambos sexos cáncer anal, enfermedades horribles.
La vacuna no conduce a un comportamiento sexual más riesgoso, ya que las vacunas contra el VPH no están vinculadas a una conducta sexual más arriesgada, por lo que los argumentos de pánico moral que cobraron importancia cuando se lanzó la vacuna en 2006 no contienen agua.