La asfixia con nitrógeno u otro gas inerte es prácticamente indolora. Las personas que han experimentado (y obviamente se han recuperado) casi lo describen como “luces apagadas”, sin advertencia alguna, solo una repentina pérdida de conciencia.
Y tiene razón acerca de que el CO2 causa el pánico típico de la asfixia. A medida que aumentan los niveles de CO2 en el cuerpo, puede provocar la respuesta de huir o luchar.