Depende de lo que quieras decir con la experiencia humana real. Nuestras emociones fisiológicas, la sensación física básica de ellas, siempre han sido mediadas por productos bioquímicos: oxitocina para la confianza, serotonina para el bienestar, dopamina para el placer, cortisol para el estrés, y así sucesivamente.
Pero también tenemos un poderoso control sobre ellos a través de palancas indirectas: cómo pensamos, cómo actuamos, con quién interactuamos, qué comemos, cuánto hacemos ejercicio, cuánto dormimos, los entornos que nos rodean, el resto del número infinito de opciones disponibles para nosotros, y sí, las drogas que ponemos en nuestros cuerpos. Algunos han argumentado que hay una línea borrosa entre los alimentos y las drogas (http://www.psfk.com/2010/12/food…).
Pero este ecosistema de interacción entre los bioquímicos y el resto de los elementos de nuestra experiencia es lo que es la experiencia humana normal. Eso no quiere decir que la inyección de cantidades masivas de drogas sintéticas en ese ecosistema no cambiará drásticamente esa experiencia, pero esa es (generalmente) una opción que siempre ha existido.