El alcohol puede ser utilizado de forma segura por muchos pacientes, y el consumo moderado de alcohol se ha asociado con una disminución de la mortalidad y puede tener beneficios cardiovasculares. Sin embargo, el consumo excesivo de alcohol se asocia con una mayor mortalidad y otras morbilidades médicas.
La mayoría de las pruebas con respecto al alcohol y al cáncer sugieren que el tipo de bebida no altera sustancialmente el riesgo.
El consumo de alcohol se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer, y el uso intensivo se asocia con el mayor riesgo.
El consumo excesivo de alcohol se ha relacionado con un riesgo elevado de CCR, aunque su influencia en la supervivencia después del diagnóstico de CRC no está clara. Además, el tabaquismo (especialmente el tabaquismo postindigestivo) se ha asociado con un mayor riesgo y mortalidad por CRC. Se debe alentar a las sobrevivientes a dejar de fumar y usar alcohol con moderación, si beben.