Hay tantas causas posibles que tomaría páginas de texto para cubrir incluso las más comunes.
La primera consideración son las variables individuales: edad, género, salud física, estrés / estado emocional, enfermedades sistémicas preexistentes, etc.
La segunda consideración sería la ingesta dietética: alimentos que son irritantes para la vía gastrointestinal (picantes, estropeados, alérgenos, contaminados, etc.)
Tercera consideración: Enfermedades que causan estos síntomas: virales, bacterianas, parasitarias (disentería), colitis, etc.
Cuarta consideración: medicación recientemente tomada; algunos antibióticos disminuirán el nivel de bacterias “buenas” en el intestino grueso donde se absorbe el agua. Las bacterias buenas son necesarias para la absorción adecuada.
Si nunca sucedió antes, es probable que sea algo que haya bebido o comido, o algún tipo de virus intestinal.
