En el mejor de los casos, irritación leve e incomodidad que podrían remediarse enjuagando el ojo con agua tibia. En el peor, una córnea ulcerada o erosionada que requeriría un oftalmólogo para tratarlo, posiblemente con cirugía.
IMAGEN 1: Guía de abrasión corneal: causas, síntomas y opciones de tratamiento
IMAGEN 2: úlceras corneales: síntomas, causas, diagnóstico y tratamiento