En este día y edad, es prácticamente imposible que tal experimentación ocurra. Todos los ensayos clínicos están sujetos a revisión por juntas institucionales de revisión independientes ya que el procedimiento o tratamiento pasa de estudios de laboratorio a ensayos clínicos de fase I en pacientes para demostrar estudios comparativos de fase II de seguridad contra agentes conocidos y comprobados y, finalmente, estudios de fase III previos a introducción en el uso clínico regular.
El papel de las Juntas de Revisión Institucionales es examinar la base científica de cualquier dispositivo o producto nuevo. Las Juntas revisan diligentemente el protocolo que se seguirá en la utilización de nuevos dispositivos o productos a través de pruebas iniciales limitadas, lo que lleva a estudios posteriores que aseguran que los pacientes no sufrirán daños a través de los ensayos clínicos y que también reciben beneficios terapéuticos. Además, cada instalación médica participante tiene sus propios IRB cuyas revisiones independientes añaden garantías adicionales o críticas del tratamiento experimental.
Conclusión: En la realidad de hoy, no es posible que ocurra una experimentación médica no ética sin una colusión y corrupción generalizadas.