Los síntomas de una sobredosis de opiáceos a menudo se pasan por alto porque parece que la persona está durmiendo profundamente y tal vez roncando.
Sin embargo, sin la intervención de naloxona (revierte el efecto de los opiáceos) y la asistencia respiratoria (respiraciones de rescate u oxígeno) la persona eventualmente dejará de respirar y su corazón se detendrá.
La siguiente es una lista de síntomas a tener en cuenta.
- Pérdida de consciencia
- No responde al estímulo externo
- Despierta, pero incapaz de hablar
- La respiración es muy lenta y superficial, errática o se ha detenido
- Para las personas de piel más clara, el tono de la piel se vuelve de color azul azulado, para las personas de piel más oscura, se vuelve grisáceo o ceniciento.
- Sonidos de asfixia, o un ruido de gorgoteo similar a un ronquido (a veces llamado el “estertor de la muerte”)
- Vomitando
- El cuerpo está muy flojo
- La cara es muy pálida o húmeda
- Las uñas de las manos y los labios se vuelven de color azul o negro violáceo
- El pulso (latido del corazón) es lento, errático o no existe en absoluto
Es raro que alguien muera inmediatamente por una sobredosis. Cuando las personas sobreviven, es porque alguien estaba allí para responder.
¡Lo más importante es actuar de inmediato!