¿Cuántas personas más habrían vivido en la Edad Media si conocieran la teoría bacteriana de la enfermedad, mantuvieran la higiene personal y pública y no hubieran prohibido el estudio del cuerpo humano?

Al menos el 90% de los que murieron podrían no haber fallecido, si esta información se conocía en ese momento. Sin embargo, había otro factor poco conocido. Muchos de los gatos fueron aniquilados porque se los consideraba familiares del demonio. Y fueron consideradas indicaciones de adoración del diablo por las sanadoras mayores. Muchos de los cuales vivían en bosques separados de la mayoría de las comunidades.
En Londres, los gatos domésticos fueron ordenados destruidos, ya que se creía erróneamente que ellos eran la causa de la enfermedad. Tal era la superstición que rodea a los gatos en las zonas medievales de Europa. Si esta matanza de gatos no hubiera tenido lugar, muchas de las ratas podrían no haber vivido lo suficiente como para infectar a los humanos con las pulgas que portan la peste bubónica. Como era, sin gatos, las ratas se multiplicaron fuera del control natural. Y así la enfermedad se propagó más rápidamente y a muchas más personas.