Bueno, todo evolucionó. Eso significa que la mayoría de los órganos se colocan justo donde estaban para los antecesores inmediatos de cada organismo. En términos de posición, los humanos y los chimpancés son básicamente idénticos, órgano para órgano. Esto continúa a través de los simios y otros primates: en algún punto del camino perdimos la cola, y nuestro apéndice se encogió y dejó de funcionar. Volviendo a los mamíferos más primitivos, creo que la mayoría de los órganos siguen siendo los mismos, aunque obviamente tienen formas muy diferentes. La división entre monotremas, marsupiales y placentales muestra las múltiples “estrategias” diferentes utilizadas para nuestros orificios sexuales y de desecho, y nuestras diferentes estrategias reproductivas. Cada estrategia funciona, por lo que hay representantes sobrevivientes para los tres grupos. Al diferenciar entre lagartijas, obviamente cambiamos nuestra piel (el órgano más grande del cuerpo) y reasignamos parte de nuestra queratina para formar pieles. También desarrollamos glándulas mamarias y una neocorteza. Pero todavía ves que la mayoría del resto de los órganos son prácticamente iguales. Y podemos seguir retrocediendo a través de anfibios, los primeros tetrápodos, peces con aletas lobuladas, etc.
Lo único que realmente determina dónde se colocará cada órgano, o su orientación o lo que sea, es exactamente lo que funcionó primero en el momento en que se desarrolló por primera vez. Después de eso, la evolución solo lo modifica. Un buen ejemplo de la naturaleza fortuita de esto es el nervio laríngeo recurrente:
Supongo que el punto es entender que la mayoría de los órganos fueron recogidos en antepasados distantes, y las formas posteriores simplemente los adaptaron donde fueron colocados dentro de ellos. Por lo tanto, no existe un esquema general, o una razón real por la cual un órgano se colocó en un lugar en particular que no sea “funcionó allí, o en algún lugar cercano, cuando se desarrolló por primera vez, y esta es la forma que toma más adelante”.
