¿Cómo entra la creencia en esto? Este énfasis en “creer” en los hechos o “descreerlos” es una de las partes más destructivas del panorama político actual en Estados Unidos. Los hechos son, por su naturaleza, más allá de la creencia . Y creer en algo no crea el mismo tipo de hecho que una admisión o un anuncio. (Ver: actos illocucionarios.)
La creencia es irrelevante. La campaña de Clinton y su médico han hablado abiertamente sobre su neumonía. No hay creencia requerida. Dijeron que sí, que es un hecho. La única otra posibilidad es el diagnóstico erróneo, que no estamos calificados para confirmar o negar a distancia.
Ahora, el único candidato en el que se requiere la creencia en sus “hechos” no es Clinton, sino Trump, porque nuestro “vulgo de dedos cortos” (Last Week Tonight) es tan consistente en mentir que no puedes presumir que nada salga de la boca de Trump ni salga de sus portavoces como hechos. ¡Ni siquiera puedes suponer que mienta constantemente!
Necesitas creer en Trump, porque la evidencia lo contradice. O en otras palabras: Trump sigue mintiendo. Su campaña sigue mintiendo. Por eso su único recurso es la creencia.
Mantenga esa retórica lejos de Clinton. Es tóxico
