Primero, date cuenta de que no puedes planear todo. Tome la enfermedad infecciosa como una especialidad, por ejemplo. A fines de la década de 1970, no fue muy emocionante. Parecía que los antibióticos serían la solución a las enfermedades bacterianas, las vacunas se encargarían de las enfermedades virales y las infecciones fúngicas no eran un gran problema. Entonces, el SIDA y el trasplante y el desarrollo de la resistencia a los antibióticos cambiaron por completo el enfoque de esa especialidad. La radiología solía practicarse en estrecha coordinación con los médicos y con poco contacto con los pacientes; ahora hay radiólogos intervencionistas que tratan afecciones que solían “pertenecer” a los cirujanos, mientras que la lectura remota de imágenes puede llevar los trabajos de los radiólogos locales al otro lado del mundo.
Las fuerzas externas pueden cambiar totalmente la forma de trabajar de un médico. Las aseguradoras, los reguladores y los empleadores ejercen control sobre las prácticas de los médicos, y los pacientes informados y empoderados son cada vez más capaces de resistir el rol tradicional del paciente pasivo. Así que date cuenta de que enfrentarás cambios impredecibles. Planee ser adaptable y tener alternativas.
Mantenga su estilo de vida asequible y ahorre para la jubilación. Diversificar. Mantenga la gama más amplia de habilidades e intereses que pueda, de modo que pueda cambiar a un rol diferente si la carrera elegida se vuelve obsoleta.
Y finalmente, elija su camino en función de su pasión en lugar de consideraciones de ingresos, porque si trabaja en un campo que realmente no le gusta por el dinero, será muy miserable si de repente no es rentable.