Se ha demostrado que los tratamientos de inmunoterapia como Nivolumab y Pembrolizumab funcionan para el melanoma (ver los estudios CheckMate 067 y Keynote 006 fase 3). También hay ensayos que combinan Nivolumab con Ipilumab para una mayor eficacia, pero una mayor toxicidad. Mi predicción es que verán una mayor prevalencia en el futuro a medida que obtengamos más información sobre cómo funcionan la PD1 y otros inhibidores del punto de control.
Actualmente, los pacientes con melanoma se segmentan en una mutación BRAF positiva o no. Si tienen una mutación BRAF positiva, se les puede administrar un tratamiento de combinación específica de un inhibidor de BRAF como dabrafenib o vemurafenib junto con un inhibidor de MEK como trametinib o cobimetinib. La ventaja de estas terapias dirigidas es que actúan más rápido que la inmunoterapia.
Sin embargo, las nuevas inmunoterapias tienen el beneficio adicional de un subconjunto de pacientes que sufren una recaída prolongada de melanoma, que no se ha visto con otros tratamientos. Esta recaída hace que las inmunoterapias sean mucho más atractivas, ya que se considera casi como una cura, en lugar de simplemente prolongar la progresión inevitable del melanoma.
Nivolumab e Ipilimumab combinados o monoterapia en el melanoma no tratado – NEJM
El ensayo aleatorizado de fase III muestra la superioridad de Pembrolizumab cuando se compara con el Ipilimumab en pacientes con melanoma avanzado