¡Aquí hay una foto de mi hermosa hija Sarah, justo una hora después de que ella naciera!
No mucho después de que se tomó la foto, Sarah tenía problemas de respiración y fue llevada rápidamente a la unidad de cuidados intensivos, sin todo el papeleo que la acompañaba. (Sabía que tenía el síndrome de Down durante los últimos 6 meses de embarazo).
Durante la siguiente hora más o menos, una gran cantidad de doctores, enfermeras, etc. entraron y salieron del pabellón lateral en el que estábamos, todos mirando cuidadosamente a Sarah, luego sonriéndome sin decir nada, y se fueron de nuevo.
Obviamente, como una nueva madre eufórica (y tal vez un poco todavía bajo la influencia del fabuloso “gas y aire”!) Decidí que la única razón era porque ¡todos querían admirar a mi adorable bebé!
Después de un rato, suspirando con admiración, le comenté a una de las enfermeras lo hermosa que era, y cómo realmente no podía ver el síndrome de Down. Hubo una pausa, luego ella dijo “Ah, ¿ sabes ?”
Aparentemente todo el personal médico había estado revisando, comprobando dos veces y preguntándose quién iba a tener que ser quien me dijera. ¡Hubo una gran sensación de alegría en todo! (Y bromeé que debería llevar una placa que dijera “¡Sí, lo sé!”)
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Obviamente era visible para los profesionales, pero para mí ella era (y siempre será) perfecta. Sarah cumplirá 18 años en un par de meses.