Las células son los pilares de la vida: todos los organismos vivientes están formados por ellos. Los libros a menudo muestran un solo ejemplo “típico” de una célula vegetal o una célula animal, pero en realidad, las formas de las células pueden variar ampliamente. Las células animales en particular vienen en todo tipo de formas y tamaños. Las formas de las células vegetales tienden a ser bastante similares entre sí debido a su pared celular rígida.
Las celdas son de diferente forma, tamaño y estructura de acuerdo con la función que necesitan realizar. Por lo tanto, si todas las células tienen la misma forma y tamaño, será muy difícil para los animales multicelulares, incluidos los humanos, adaptarse mejor al medio ambiente y sobrevivir. Además, la división del trabajo entre las células se perderá y se traducirá en dificultades para la supervivencia.
Las células tienen formas diferentes porque hacen cosas diferentes. Cada tipo de célula tiene su propio papel para ayudar a nuestros cuerpos a funcionar correctamente, y sus formas les ayudan a llevar a cabo estos roles con eficacia. Los siguientes tipos de celdas tienen formas inusuales que son importantes para su función.
- Neuronas son células en el cerebro y el sistema nervioso. Su trabajo es llevar mensajes eléctricos desde el cerebro hasta el resto del cuerpo y hacia atrás (casi como un cable eléctrico), por lo que son células muy largas, delgadas y ramificadas. También necesitan conectarse con otras neuronas para formar redes de comunicación, por lo que tienen muchas ramas largas.
- células fotorreceptoras (varillas y conos) son células en el ojo que detectan la luz.
- Los glóbulos rojos tienen la forma de un donut para transportar más hemoglobina, y para adaptarse a espacios pequeños, el epitelio del intestino tiene muchas extensiones pequeñas con forma de dedo para aumentar el área de superficie y absorber los nutrientes de la digestión.
- Células inmunes son células que responden cuando el cuerpo está infectado (por una bacteria, por ejemplo). Para hacer su trabajo, necesitan poder cambiar de forma. Por ejemplo, es posible que los linfocitos tengan que moverse a través del tejido corporal para llegar al sitio de la infección, por lo que cambian su forma para pasar apretando las células del tejido. Algunas células inmunitarias (como los neutrófilos) engullen bacterias y virus, por lo que deben cambiar su forma para “tragarlos”.