… Muchas enfermedades y problemas mentales se pueden resolver escribiendo. Por ejemplo, si estoy teniendo un día muy difícil debido a la depresión u otra cosa, escribo (si tengo energía para hacerlo). La idea de terminar mi historia me da la fuerza para poder pasar y no tener malos pensamientos. Quiero ver mi historia siendo publicada y tal vez incluso convertirse en una película. Este deseo es algo muy poderoso, y ver un capítulo hecho o incluso una página me hace muy feliz.
Lo mismo ocurre con los problemas, aunque a veces es diferente. Si tengo un día muy malo, podría escribir que mi personaje tenga un mal día para canalizar esa ira a través de ellos, o podría escribirles teniendo un muy buen día en el que todo vaya bien. Depende de cuán enojado sigo estando cuando empiezo a escribir.
Escribir puede hacer maravillas para las personas, aunque a veces también es estresante para mí. En gran medida depende de la persona, supongo.