La cirrosis es una forma de enfermedad hepática crónica en la que las células hepáticas normales se dañan severamente y el tejido de la salud se reemplaza por tejido cicatricial. La enfermedad impide el flujo normal de sangre a través del hígado y evita que el hígado funcione correctamente.
No puede contraer la cirrosis de una persona que está infectada con esta enfermedad. Sin embargo, puede contraer la hepatitis de otra persona, y la hepatitis, así como otras enfermedades hepáticas pueden en última instancia causar cirrosis.
Muchas personas creen que solo los grandes bebedores pueden tener cirrosis hepática. Si bien es cierto que la principal causa de cirrosis en los Estados Unidos es el consumo de alcohol, no es necesario que una persona consuma alcohol en exceso para contraer la enfermedad.
La cirrosis tiene muchas causas posibles, algunas de las cuales se detallan a continuación:
- Insuficiencia cardíaca congestiva
- El consumo de alcohol es la causa más frecuente y se estima que 1/3 de todos los bebedores empedernidos desarrollan cirrosis
- Hepatitis viral crónica o (inflamación del hígado). La hepatitis (generalmente tipos B, C y D) es la segunda causa más común de cirrosis
- La enfermedad de Wilson provoca una acumulación de cobre en el hígado, el cerebro, los riñones y los ojos
- Fibrosis quística, que causa una acumulación de moco en los pulmones, el hígado, el páncreas y los intestinos
- La hemocromatosis causa una acumulación de hierro en el hígado y otros órganos
- Bloqueos o inflamación de los conductos biliares, llamada cirrosis biliar
- Trastornos de almacenamiento de glucógeno, que impiden que el cuerpo use azúcares adecuadamente
- Infecciones parasitarias
- Uso excesivo y uso indebido de medicamentos recetados, toxinas ambientales y sustancias tóxicas inhalantes
La cirrosis se considera una enfermedad silenciosa, porque las personas experimentan o muestran pocos síntomas. Con el tiempo, aquellos con cirrosis comienzan a experimentar fatiga, debilidad, agotamiento y pérdida del apetito. La pérdida de peso y las náuseas son comunes. A medida que la cirrosis empeora, se desarrollan otros síntomas. Las personas con cirrosis pueden vivir muchos años, incluso cuando se desarrollan complicaciones. Está bien documentado que las personas con cirrosis han sido sometidas a trasplantes de hígado exitosos y viven vidas saludables.
Se recomienda a las personas que se recuperan de la cirrosis que no consuman alcohol. Se cree que la mala nutrición, particularmente asociada con el abuso de alcohol o drogas, juega un papel en cómo se desarrolla la cirrosis. Las personas que consumen una dieta equilibrada y nutritiva y que limitan su consumo de alcohol pueden mantener su hígado saludable.