Una lectura de la presión arterial aparece como dos números. La primera y más alta de las dos es una medida de la presión sistólica, o la presión en las arterias cuando el corazón late y las llena de sangre. El segundo número mide la presión diastólica, o la presión en las arterias cuando el corazón descansa entre los latidos.
La presión arterial óptima es inferior a 120/80 (sistólica / diastólica). En personas sanas, la presión arterial baja sin ningún síntoma no suele ser una preocupación y no necesita tratamiento. Pero la presión arterial baja puede ser un signo de un problema subyacente, especialmente en los ancianos, donde puede causar un flujo sanguíneo inadecuado hacia el corazón, el cerebro y otros órganos vitales.
La presión arterial baja crónica sin síntomas casi nunca es grave. Pero los problemas de salud pueden ocurrir cuando la presión arterial cae repentinamente y el cerebro se ve privado de un suministro adecuado de sangre. Esto puede provocar mareos o aturdimiento. Las caídas repentinas en la presión sanguínea ocurren más comúnmente en alguien que se levanta de una posición acostada o sentada o de pie. Este tipo de presión arterial baja se conoce como hipotensión postural o hipotensión ortostática. Otro tipo de presión arterial baja puede ocurrir cuando alguien se para por un largo período de tiempo. Esto se llama hipotensión mediada neuralmente.
La hipotensión postural se considera una falla del sistema cardiovascular o del sistema nervioso para reaccionar adecuadamente ante cambios repentinos. Normalmente, cuando te levantas, algunos depósitos de sangre en tus extremidades inferiores. Sin corregir, esto causaría la caída de la presión arterial. Pero su cuerpo normalmente lo compensa enviando mensajes a su corazón para latir más rápido y para que se estrechen sus vasos sanguíneos. Esto compensa la caída en la presión arterial. Si esto no ocurre, o sucede muy lentamente, se produce hipotensión postural.
El riesgo de presión arterial baja y alta normalmente aumenta con la edad debido en parte a los cambios normales durante el envejecimiento. Además, el flujo sanguíneo al músculo cardíaco y al cerebro disminuye con la edad, a menudo como resultado de la acumulación de placa en los vasos sanguíneos. Se estima que del 10% al 20% de las personas mayores de 65 años tienen hipotensión postural.