En primer lugar, deberá asegurarse de que el paciente pueda aceptar su tipo de sangre; de lo contrario, los anticuerpos del paciente atacarán sus células y las destruirán.
Suponiendo que el tipo de sangre coincida, sería útil porque puede restaurar el suministro de sangre y el nutriente de la patenta si estaba en deficiencia. En última instancia, prolonga su vida.
Sin embargo, también podría beneficiar al cáncer maligno en su propagación e invasión, ya que puede acceder a estos nutrientes desde los vasos sanguíneos.
En conclusión, la transfusión de sangre no es realmente una solución para el cáncer. Se utiliza principalmente para la pérdida de sangre, la deficiencia de nutrientes y cuando una enfermedad interrumpe la capacidad de producir sangre. Para un cáncer maligno invasivo, la quimioterapia y la radiación siguen siendo probablemente la mejor opción.