El cáncer es una gran industria y la palabra arroja una gran red sobre una serie de trastornos.
Uno de los mayores contribuyentes al cáncer son los cigarrillos de tabaco, aunque la conexión fue denegada durante décadas. Parece que la contaminación química en nuestro aire, agua y alimentos contribuye al cáncer, pero hay pocos esfuerzos para terminar con la contaminación petroquímica. El rodeo, por ejemplo, se encuentra en muchos productos alimenticios en cantidades alarmantes.
Así como la industria petrolera parece resistir cualquier avance tecnológico que terminaría con la dependencia de los combustibles fósiles, el sistema médico parece rechazar cualquier tratamiento contra el cáncer fuera de su propia caja de medicamentos de quimioterapia, la mayoría de los cuales son increíblemente tóxicos.
En 1974, investigadores del Medical College of Virginia, que habían sido financiados por el Instituto Nacional de Salud para encontrar pruebas de que la marihuana daña el sistema inmunitario, descubrieron que el THC disminuía el crecimiento de tres tipos de cáncer en ratones: cáncer de pulmón y de mama, y una leucemia inducida por virus.
Esta revelación produjo cero investigación sobre el cannabis natural y el cáncer, pero en su lugar condujo al desarrollo de THC sintético (marinol). La mayoría de los estudios sobre el cannabis y el cáncer utilizan cannabinoides sintéticos de molécula única. Estas moléculas sintéticas son muy inferiores al cannabis natural, que contiene una gran cantidad de terpenos y cannabinoides, todos los cuales tienen un efecto séquito.
Ha sido una pesadilla observar el lento proceso de estudiar los efectos del cannabis natural para combatir el cáncer, pero parece ser uno de los mejores tratamientos posibles para muchas personas.
Debido a que cualquiera puede cultivar cannabis en el alféizar de su ventana, produciendo así el medicamento de forma gratuita, se acepta ampliamente, ya que la medicina tendría un impacto devastador en la industria médica que genera millones de beneficios en el tratamiento de enfermedades con medicamentos de una sola molécula.