¿Qué papel juega el sistema nervioso en las respuestas alérgicas, si el sistema nervioso puede controlar las respuestas alérgicas?

Las reacciones alérgicas se desencadenan cuando los alérgenos reticulan IgE preformada unida al receptor de alta afinidad FcεRI en los mastocitos. Los mastocitos alinean las superficies del cuerpo y sirven para alertar al sistema inmune de la infección local. Una vez activados, inducen reacciones inflamatorias al secretar mediadores químicos almacenados en gránulos preformados y al sintetizar leucotrienos y citoquinas después de la activación. En la alergia, provocan reacciones muy desagradables a antígenos inocuos que no están asociados con la invasión de patógenos que deben ser expulsados. Las consecuencias de la activación de mastocitos mediada por IgE dependen de la dosis de antígeno y su ruta de entrada; los síntomas van desde los irritantes bochornos de la fiebre del heno cuando se inhala el polen, hasta el colapso circulatorio potencialmente mortal que se produce en la anafilaxia sistémica. La reacción alérgica inmediata causada por la degranulación de los mastocitos es seguida por una inflamación más sostenida, conocida como la respuesta de fase tardía. Esta respuesta tardía implica el reclutamiento de otras células efectoras, especialmente TH2, linfocitos, eosinófilos y basófilos, que contribuyen significativamente a la inmunopatología de una respuesta alérgica.