Un tratamiento relativamente nuevo que es muy emocionante para mí es el “páncreas artificial”.
Básicamente, un sistema de ciclo cerrado que involucra un sensor de glucosa continuo y una bomba de insulina. El sensor de glucosa implantado proporciona lecturas frecuentes de su nivel de glucosa en sangre (por ejemplo, cada 5 minutos) y la dosificación de la bomba de insulina se ajusta automáticamente de acuerdo con sus niveles de glucosa.
Este sistema tiene la capacidad de mantener sus niveles de glucosa en sangre dentro del rango objetivo en la medida de lo posible, simulando el efecto de nuestras células B en el páncreas y mejorando el control global de la glucemia para reducir las complicaciones. También reduce la cantidad de inyecciones y ajustes manuales de la insulina que necesita un paciente diabético.
Ha estado en pruebas por un tiempo, y tal vez estará disponible para el mercado varios años en el futuro.