Depende de cómo la persona interpreta la palabra de dios.
Algunas personas no quieren ninguna intervención en la voluntad del poder divino, y ni siquiera buscarán ayuda médica, ya que piensan que pase lo que pase sucede por alguna razón.
Si la enfermedad mental los empuja a violar sus vidas o hacer que las vidas de otros sean miserables, entonces que así sea.
Otros todavía creen en Dios y en el propósito de todo, pero preferirían hacer el trabajo de Dios de estar vivo y mentalmente estable, por lo que estas personas toman medicamentos para llevar sus balances químicos a niveles óptimos y viven para ver otro día.
