La hipótesis actual de cómo se desarrollan los cerebros de forma autista es que durante las fases de desarrollo cuando las neuronas que no se usan tanto mueren normalmente (poda neuronal), no lo hacen en los autistas. Hay más conexiones que en cerebros no autistas.
Una de las principales moléculas de señalización en el proceso de muerte celular programada (autofagia) se llama mTOR. Si hay cambios en la vía de mTOR que reducen su actividad, esto reduce la poda neuronal y permite que los cerebros desarrollen los altos niveles de conectividad típicos del autismo.
Otros efectos muy probablemente incluyen la sinestesia (activación cruzada de estímulos sensoriales, como la percepción de notas musicales como colores diferentes), que es más común en autistas que en la población general.