¿Qué pasa si los humanos también tuvieran branquias además de tener pulmones?

Eso es como preguntar: “¿Qué pasa si los humanos también tuvieran otra cabeza?” Tener algo extra en el camino de los órganos principales agrega complicaciones y requiere cambios en la forma y el tamaño que pueden (y crean) crear más problemas para cualquier organismo dado.

Los peces pulmonares no son “la excepción” al escenario del problema agregado. Tenían vejigas natatorias, pero aquellas evolucionaron a pulmones porque estaban destinadas a contener el aire en primer lugar.