Comience a sacrificar personas hasta que le queden alrededor de mil millones. Entonces la ilusión se curará.
El ser humano como especie ha explotado la naturaleza para satisfacer sus caprichos, alteró el paisaje a menudo irreparable, contaminó la tierra, el aire y el agua y nunca dudó en matar a los animales y su hábitat. Todavía no hay disminución en la presión sobre el medio ambiente gracias a la población cada vez mayor. La economía y el comercio modernos han concentrado la riqueza en unos pocos individuos, mientras que la mayoría dependen de los ricos o son explotados por ellos. Esta gran desigualdad de riqueza va a afectar la estructura social en un futuro no lejano.
El futuro oscuro de la humanidad no es un engaño, sino una realidad.