¡Lamentablemente no!
Todas las formas de enfermedad de la neurona motora son incurables. En su forma más común, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el paciente pierde gradualmente el poder para las cuatro extremidades, una después de la otra, y finalmente muere de parálisis respiratoria. Aunque el medicamento Riluzol ha mostrado un alargamiento moderado de la supervivencia (alrededor de 18 meses), ningún tratamiento actual ha podido detener la patología subyacente de la enfermedad.
Es prácticamente una sentencia de muerte, por lo que un neurólogo debe descartar todos los otros posibles diferenciales antes de dar un diagnóstico de ALS o cualquier otra enfermedad de la neurona motora.