Hay una condición que ocurre cuando se administra heparina a un paciente, llamada trombocitopenia inducida por heparina. Las moléculas de heparina se unen a los antígenos de la superficie de los glóbulos rojos y desencadenan la formación de trombosis sistémica (hipersensibilidad de tipo 2) y la utilización de plaquetas de la circulación. Puede conducir a la oclusión vascular que puede terminar en la muerte del tejido, la necrosis y la necesidad de amputación. Además, si las plaquetas están por debajo de 20 o más, puede provocar una hemorragia espontánea.
El riesgo de que esto suceda se ha reducido considerablemente debido al uso de heparina de bajo peso molecular y los avances en la medicina moderna, sin embargo, aún puede ocurrir.
La reversión de la heparina implica suspender el medicamento y administrar sulfato de protamina.